El
efecto del alcohol se describe mediante una curva J, lo que sugiere que los bebedores moderados pueden
beneficiarse mientras que los abstemios y los bebedores intensos están en mayor
riesgo.
Composición del vino
Aunque
los ingredientes primarios del vino son el agua y el alcohol, se han identificado
hasta la fecha 500 compuestos en el vino, 160 de los cuales son ésteres. De
estos componentes nos vamos a centrar en el análisis de los fenoles. Éstos pueden
afectar la apariencia, sabor, sensación de boca, fragancia y propiedades
antimicrobianas de la bebida. Vienen de la fruta (pieles y semillas) y tallos
de la vid, con la producción por el metabolismo de la levadura. Los dos grupos
fenol primarios presentes en el vino son flavonoides y no flavonoides, ambos presentes
en una mayor cantidad en vinos tintos que en blancos.
Los
vinos tintos contienen hasta 1060 equivalentes de ácido gálico (GAE) de
flavonoides y hasta 235 GAE de no flavonoides; los vinos blancos, en cambio,
poseen 30 y 175 GAE de flavonoides y no flavonoides respectivamente.
Los
flavonoles, a saber, los taninos y las antocianinas, están presentes
exclusivamente en los vinos tintos, a una concentración de 450 y 20 GAE,
respectivamente.
Otro
elemento a destacar por sus propiedades beneficiosas, es el Resveratrol (3, 4
', 5 trihidroxiestilbeno): es una fitoalexina natural producida por algunos
espermatofitos como la vid en respuesta a una lesión. Debido a que está
presente principalmente en las pieles de uva pero no en su carne, y un factor
importante que influye en su producción es el tiempo de fermentación, el vino
blanco (que tradicionalmente se somete a una maceración más corta) contiene
sólo bajas cantidades de resveratrol en comparación con el vino tinto.
Paradoja francesa
A
finales del siglo XX, un investigador le llamó la atención de que en Francia, a
pesar de que en su dieta se incluyeran altos contenidos grasos, había una menor
incidencia de enfermedades cardiovasculares en comparación con otros países con
una dieta grasa semejante. A partir de este hallazgo se dejó entrever un
posible efecto beneficioso del vino tinto en el padecimiento de enfermedades
cardiovasculares. Por dicho motivo, en los últimos 30 años, ha habido multitud
de estudios centrados en el análisis de dichas propiedades, con el objetivo de
encontrar las sustancias responsables y el mecanismo implicado.
Efectos Beneficiosos del
Vino
El
vino tinto constituye una fuente natural rica de antioxidantes, que pueden
proteger al cuerpo contra el estrés oxidativo, y la mayoría de estos efectos
beneficiosos se han atribuido principalmente al resveratrol. Un estudio elaborado por la universidad de Newcastle
reveló que el consumo de 400 ml / día de vino tinto durante 2 semanas aumentó
significativamente el estado antioxidante y disminuyó el estrés oxidativo en
sujetos de entre 18-30 y >50 años, reflejado por un aumento en el estado
antioxidante total del plasma y disminuciones significativas tanto de malondialdehído
plasmático como de glutatión total en sangre.
Los
beneficios cardiovasculares del resveratrol pueden estar relacionados con un
efecto de protección sobre las células del corazón de la lesión por
isquemia-reperfusión, la inhibición de la agregación plaquetaria y la
disminución de los triglicéridos plasmáticos y la acumulación de colesterol en
la aorta. Además, también puede relajar las arterias coronarias.
Se
ha sugerido que este aumento en la actividad antioxidante en pacientes que
beben regularmente vino tinto puede ser el principal factor que inhibe la
oxidación de LDL, lo que, a su vez, reduce las complicaciones ateroscleróticas.
Muchas
investigaciones y estudios epidemiológicos han demostrado que la ingesta de polifenoles, como zumo de uva y vino
tinto, se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. El polifenol
más activo presente en el vino tinto son los flavonoides, y es importante debido a sus propiedades
antioxidantes.
En
concreto, se ha visto que la ingesta de polifenoles de vino tinto interviene disminuyendo
la producción de Angiotensina II, la cual juega un papel fundamental en el
desarrollo de hipertensión y disfunción endotelial. Además, los polifenoles
tienen acción sobre el NADPH oxidasa y preservan el Óxido Nítrico del endotelio
arterial, contribuyendo por tanto al efecto beneficioso sobre el desarrollo de hipertensión
y la disfunción endotelial.
La
ingestión de vino tinto se asocia también con un aumento de la actividad de la
apolipoproteína A-1 y una disminución del agente aterogénico de la lipoproteína
(a), debido principalmente a la presencia de flavonoides y estilbenos.
Consumo Moderado
Los
estudios más recientes han demostrado que el consumo moderado de vino tinto
tiene efectos beneficiosos sobre la salud, principalmente a nivel
cardiovascular y cerebrovascular, mediante diferentes mecanismos, como la
capacidad de elevar los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL),
aumentar el potencial plasmático antioxidante, mejorar la vasodilatación
dependiente del endotelio e inhibir la agregación plaquetaria y la adhesión de
los leucocitos. Por el contrario, un consumo elevado de vino tinto, o de
cualquier otra variante alcohólica, es perjudicial para la salud a multitud de
niveles orgánicos.